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jueves, 4 de abril de 2013

La Comunicación Asertiva. Una habilidad personal y profesional


La comunicación asertiva como habilidad social de relación es una forma de expresión consciente, mediante la cual  se manifiestan las ideas, deseos, opiniones, sentimientos o derechos de forma  congruente, clara, directa, equilibrada, honesta  y respetuosa, sin la intención de herir o perjudicar, y actuando desde una perspectiva de autoconfianza.

Otros estilos de comunicación, como el estilo pasivo, el estilo agresivo, e incluso el estilo pasivo-agresivo, se fundamentan en ideas erróneas, no aceptan sus limitaciones y no respetan a los demás o a sí mismos. Además de ser muy poco eficaces.

Así, las personas con un estilo pasivo en su comunicación e interrelaciones sociales se caracterizan por la sumisión, la pasividad, el acomodamiento, relegando sus propios intereses, sentimientos, derechos, opiniones y deseos. El estilo agresivo, por el contrario, se caracteriza por no respetar los derechos, sentimientos e intereses de los demás, e incluso puede ser ofensivo, provocador o humillante.

Un estilo  de comunicación asertiva será útil y funcional para hacer valer nuestros derechos, manejar conflictos,  conducir situaciones de negociación con habilidad, establecer y mantener conversaciones con diferentes personas y en diferentes contextos; asimismo favorecerá el proceso de tomar decisiones, solicitar cambios de conducta en otras personas, ser directo con lo que se quiere expresar sin ofender y asumir riesgos calculados.

La asertividad parte de la premisa de que todos tenemos unos derechos asertivos, veamos algunos de ellos:

-          Derecho a  cometer errores y a equivocarnos
-          Derecho a aceptar los sentimientos propios o ajenos
-          Derecho a tener nuestras propias opiniones, creencias y convencimientos
-          Derecho  a criticar y protestar por un trato injusto
-          Derecho a reprochar el comportamiento de otros
-          Derecho  a interrumpir y pedir una aclaración
-          Derecho a intentar un cambio
-          Derecho a pedir ayuda
-          Derecho a ignorar a los demás
-          Derecho a decir “no”
-          Derecho a no responsabilizarnos de los problemas de otros
-          Derecho a cambiar lo que no nos resulta satisfactorio
-          Derecho a responder, o no hacerlo
-          Derecho a rechazar peticiones sin sentirse culpable o egoísta
-          Derecho a no justificarnos ante los demás
-          Derecho a cambiar de opinión, idea o línea de acción.
-          Derecho a pedir lo que se quiere

Algunos consejos para relacionarse de forma asertiva son, por citar algunos, enfrentarse el problema, no a la persona;  tratar lo especifico, no lo general;  no dar excesivas explicaciones; no disculparse más de lo necesario; no juzgar a los demás o a uno mismo por quien se es; ser empático y saber reconocer virtudes y defectos.

A modo ilustrativo veamos un par de Técnicas de comunicación asertiva:
  •  Técnica del DISCO RAYADO. Muy eficaz para resistir la manipulación y defender nuestro punto de vista o decisión. Consiste en la repetición tranquila pero constante de una frase o idea  que exprese claramente nuestros objetivos.  Nos permite insistir en nuestros legítimos  deseos sin caer en trampas verbales o artimañas manipuladoras del interlocutor y sin dejarnos desviar del tema que nos importa.
  • Técnica del BANCO DE NIEBLA.  Consiste en encontrar algún punto de acuerdo con lo que tu interlocutor está diciendo o demandando, pero sin ceder en  nuestro argumento, puesto que también tenemos motivos para mantenerlo.  Se dará  un apariencia de ceder terreno, respetando al otro, pero sin cederlo realmente, ya que en el fondo  se deja claro que no  se va a cambiar de postura.


Otras técnicas de comunicación que es conveniente tener en cuenta para mejorar la expresión y comportamiento asertivo serían aquellas relacionadas con la comunicación no verbal.  Variables asociadas tanto al comportamiento (expresión facial, mirada, postura, proximidad…) como al lenguaje (tono, ritmo, volumen, timbre, silencios)

Relacionarse y comunicar de forma asertiva es conveniente, e incluso es una habilidad necesaria y clave en muchos ámbitos.  En el ámbito personal y también en el ámbito laboral, favoreciendo el diálogo, el trabajo en equipo, las negociaciones, las demandas de trabajadores y profesionales, la dirección de recursos humanos, las relaciones laborales, la comunicación con los medios, etc.

“La capacidad de vender, de comunicarse con otro ser humano, cliente, empleado, jefe, esposa o hijo, constituye la base del éxito personal. Las habilidades de comunicación como escribir, hablar y negociar son fundamentales para una vida exitosa”  Robert Kiyosaki
Laura Fátima Asensi Pérez
Profesora Universidad de Alicante
Psicóloga Clínica y Forense
Especialista en Psicoterapia por la Federación Europea


lunes, 1 de abril de 2013

GESTIONANDO EL ESTRÉS. DIVIDE Y VENCERÁS


Cuando hablamos del estrés, casi todos lo reconocemos.  Es un viejo amigo. En la actualidad, el estrés es una de las causas de mayor insatisfacción en las sociedades modernas. Afecta a nuestra calidad de vida personal y laboral, a nuestra salud y, en definitiva, a nuestra capacidad de ser felices.

El estrés es un fenómeno complejo, por lo que resultará necesario comprenderlo y fraccionarlo para poder gestionarlo. Si comprendemos y reconocemos los indicadores y nuestras diferentes respuestas asociadas al estrés será más fácil utilizar las estrategias y recursos para afrontarlo con eficacia.
 
Entendemos el estrés, según Lazarus, como “el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquél como amenazante, que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar". Escojo esta definición que engloba la interacción entre la persona y sus diferencias individuales (estilo personal, modos de afrontamiento, interpretaciones, experiencias…) y el contexto; así como las reacciones emocionales de una persona ante una demanda o exigencia de su entorno y que supera sus resortes de afrontamiento.

Partiendo de la base, ya conocida, que el estrés no siempre es negativo ¿Quién no ha oído hablar del estrés positivo? Nos vamos a centrar en el aspecto menos adaptativo del mismo. Trabajar con fechas límites, sobrecarga de trabajo, presiones, exigencias y auto-exigencias, demandas en nuestra vida personal, profesional e incluso en nuestros momentos de ocio. A veces, el auto-sabotaje es nuestro peor enemigo.

Esas presiones pueden venir de muchas fuentes diferentes y cuando su efecto se combina puede resultar abrumador, y si no ponemos en práctica métodos efectivos de afrontamiento, aparecerá el estrés.

Algunos signos e indicadores a tener en cuenta, obviamente no se darán todos, pero pueden ir acumulándose:

  • Psicológicos (Dificultad para concentrarse, para tomar decisiones, problemas de memoria, apatía, incapacidad para disfrutar y relajarse, preocupación, estado de ánimo deprimido, irritabilidad, ansiedad…)
  • Físicos (Dolores,  molestias,  tensión muscular,  rechinar los dientes, alergias, estreñimiento/diarrea, pérdida o ganancia de peso, mareos, palpitaciones, cansancio físico y fatiga, problemas sexuales, presión arterial alta...)
  • Conductuales (Aumento del consumo de alcohol, tabaco, café, ansiolíticos;  mala gestión del tiempo, adicción al trabajo, dificultades para disfrutar del ocio, aislamiento social problemas de pareja, bajo rendimiento…)
La intervención más efectiva es la prevención. En primer lugar, estar atentos a los indicadores referidos y sobre todo al malestar subjetivo.

Otra parte importante de un plan de gestión del estrés es tener algunas actividades regulares en nuestra vida  para aumentar la resistencia ante las demandas y presiones de  la vida diaria, haciendo de ello un hábito saludable de prevención y afrontamiento (ayuda el ejercicio, divertirse, una buena alimentación, hobbies, actividades de relajación, actividades placenteras, organización saludable del tiempo, etc. )

En el contexto laboral, y según las características del trabajo, es preciso aprender a administrar el tiempo y también la carga laboral. Algunas habilidades y estrategias pueden ayudar a ser más efectivos, rendir mejor y sufrir menos. El día tiene 24 horas para todo el mundo, sólo es cuestión de saber administrarlas. Planificación, re-encuadre, asertividad, organización, tomarse tiempo para recargar pilas, desarrollar nuestras potencialidades, y otras muchas estrategias ayudarán a gestionar el estrés.

En relación al estrés que sufren los directivos, según datos del estudio International Business Report, realizado por Grant Thornton, los directivos españoles no están en su mejor momento. Uno de cada cuatro directivos reconoce haber sufrido estrés elevado o extremo durante el último trimestre de 2011, y un 37% estima que su nivel de estrés es más alto que hace un año. 2011 y 2012 han sido años muy negativos, en lo que a estrés se refiere, y seguramente 2013 no lleva mejor camino. Habrá que tomar medidas, sobre todo preventivas, ya que con el estrés, el bienestar y la salud también están en juego.

“Fórmula anti-estrés: Primero, no preocuparse por las cosas pequeñas y, segundo, recordar que casi todas las cosas en esta vida son pequeñas”  Adam J. Jackson


Laura Fátima Asensi Pérez
Profesora Universidad de Alicante
Psicóloga Clínica y Forense
Especialista en Psicoterapia por la Federación Europea